Todo partió a través de una publicación en Instagram, comenta Valentina Soto, estudiante de la Escuela de Obstetricia y Puericultura de la Universidad Mayor.

“Vimos que una compañía en Estados Unidos estaba fabricando tests de embarazo que eran biodegradables y solubles en agua. Y pensamos que para una asignatura que teníamos sobre emprendimiento, podía ser interesante plantear la idea de importarlos a Chile”, señala la estudiante.

Sin embargo, Soto y tres compañeras más de carrera, Fernanda Patuelli, Catalina Traub, Magdalena Vásquez, decidieron darle un giro en 360º a esta idea y se plantearon la posibilidad de fabricar el test de embarazo con estas mismas características. Un paso que hoy tiene a este equipo como las ganadoras del VI Concurso de Emprendimiento de la Universidad Mayor con el proyecto “Ecouterus”.

A semanas del triunfo, Valentina Soto, comenta con Diario Mayor detalles de cómo se desarrolló el proyecto y qué pasos están pendientes aún para lanzarlo.


-Valentina, como grupo, ¿qué necesidades vieron en el mercado para plantearse este proyecto?

"Solo existía un test de estas características, pero la compañía, que era estadounidense, al parecer congeló el proyecto. Y ahí decidimos que podíamos fabricarlos nosotras como el primer dispositivo de estas características en el país. Partimos también de un estudio de mercado que hicimos con 280 personas y que nos permitió determinar que el 89% de estas se ha hecho al menos un test de embarazo. Todo eso lo fuimos levantando mientras postulamos al Concurso de Emprendimiento".

 

-¿Están pensando en prototipar los primeros test en impresoras del Protolab?

"Así es. Los materiales para la fabricación de los test serían filamentos de PVA solubles en agua y alcohol polivinílico, los que, inicialmente, pensábamos en prototipar a través de las impresoras 3D del Protolab para luego hacer la inversión de adquirirlas, pero en una primera etapa nos gustaría pasar por las herramientas de la U".

 

-Más allá de cómo van ir desarrollando los pasos del proyecto, ¿cuáles son las cualidades que le interesa destacar de “Ecouterus”?

"Este test es soluble en el agua, eso significa que hay un esfuerzo por brindar “privacidad” a la persona que lo utilice, ya que no va quedar huella de que se realizó esta prueba. Una segunda razón es medioambiental, ya que los test hechos de plástico tardan más de 150 años en degradarse. Eso, sumado a la cantidad de test realizados por años, genera un importante impacto en el planeta del cual nos queremos hacer cargo como equipo".

 

-Y finalmente, ¿en qué etapa de desarrollo está "Ecouterus"?

"Estamos en la etapa de crear el producto, de ver su factibilidad, de cuáles son los costos y qué tan competitivo sería en el mercado. Tenemos que pensar que los test de plásticos cuestan solo 4 mil pesos, entonces no podemos ofrecer algo que sea notablemente más caro. También, y en una primera etapa, estamos pensando en probar con la distribución en consultorios y en CESFAM de la red del Ministerio de Salud. Y quizás de ahí saltar al mercado en farmacias".